En homenaje por el fallecimiento de La Locomotora Olivera, recordamos con emoción una entrevista que le realizó Claudio Giolidoro en el pasado Día de la Mujer. Desde el primer minuto, Olivera irradiaba esa energía que la definía: antes de hablar de sí misma, elogió y motivó al entrevistador, mostrando su generosidad y ese espíritu guerrero pero humano que la acompañaba siempre.
“Subirse al ring de la vida” —esa fue la verdadera consigna que atravesó toda la charla. Porque para ella el ring no era solo un cuadrilátero: era la vida misma. Habló del sacrificio como parte ineludible del crecimiento, del esfuerzo silencioso, de todo lo que resignó para llegar adonde llegó, sin perder nunca la sonrisa ni la convicción.
Más que una boxeadora, La Locomotora fue un símbolo de empuje, de coraje y de pasión. Inspiró a generaciones, dentro y fuera del deporte, y hoy su voz sigue resonando como un llamado a pelear por los sueños, cueste lo que cueste.
Desde este espacio, la recordamos con admiración y gratitud. Gracias, Locomotora, por haberte subido al ring con tanto corazón.
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