PAMI, al igual que toda obra social, brinda a sus afiliados distintos servicios en medicamentos con coberturas que varían según la situación del paciente. En los últimos tiempos, lo que cambió fue la modalidad de acceso y distribución de estos beneficios.
Actualmente existen tres tipos de coberturas:
Tratamientos especiales: incluyen enfermedades como diabetes, patologías oncológicas, hemofilia, HIV, entre otras. Son medicamentos de alto costo y cuentan con cobertura del 100%.
Tratamientos agudos o crónicos: abarcan patologías como hipertensión, colesterol o problemas de coagulación. Tienen cobertura del 50% al 80%, con la posibilidad de acceder hasta a dos cajas por mes.
Tratamientos de uso eventual: por ejemplo, antibióticos o analgésicos que se consumen de manera ocasional. En este caso, la cobertura es del 40%.
En los tratamientos especiales, la autorización depende de la ficha técnica que el médico completa con el diagnóstico e historia clínica.
Además, existe el subsidio social, que otorga descuentos del 100% en casos puntuales. Hasta hace poco, estaba destinado exclusivamente a jubilados con ingresos menores al 1,5% de la jubilación mínima. Sin embargo, actualmente PAMI flexibilizó los criterios para asegurar que accedan quienes realmente lo necesitan, incluyendo a jubilados que deben destinar más del 15% de su ingreso a la compra de medicamentos. Esta cobertura suele otorgarse por períodos de entre 8 meses y 1 año, con renovación sencilla.
Una vez emitida la receta digital por el médico, el afiliado puede consultar en la farmacia y, de ser necesario, acercarse a la delegación de PAMI para realizar el trámite correspondiente.
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