Juan Gómez conoce de cerca lo que significa perderlo todo. En 2012, tras una fuerte crecida del Río Carcarañá, su casa quedó completamente bajo agua.
Pese a las pérdidas, Juan rescata que nunca estuvo solo: en cada ocasión, vecinos, amigos y familiares lo ayudaron a salir adelante. Aun con la incertidumbre y el esfuerzo que implica empezar de nuevo, confiesa que le gusta la tranquilidad de vivir donde esta. De todas formas confiesa que si tuviera la posibilidad se mudaría de esta lugar.
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