En el Día Mundial del Pan, nos acercamos a la panadería de Ariel y Adrián Ottini, dos referentes de un oficio que, más que trabajo, es una forma de vida. Con más de medio siglo en el rubro, los hermanos recuerdan sus inicios entre harinas, madrugones y aprendizajes que solo da el tiempo.
El pan acompaña todo, desde el desayuno hasta la cena. Es algo tan simple y a la vez tan esencial. En Argentina, el pan de trigo es el más típico: la harina 000 es la más usada, mientras que la 0000 se reserva para productos más refinados. Hoy también se suma la integral, rica en fibra, muy elegida por quienes buscan opciones más saludables. Pero las variedades son muchas, y cada una tiene su secreto.
En Panadería Ottini elaboran desde el clásico pan común hasta el pan árabe, el de miga o el de sándwich. Lo que cambia es el tipo de trabajo y el tratamiento de la masa que define la forma, la textura y el sabor final. Además, ofrecen pastas frescas y productos de confitería, manteniendo viva la esencia artesanal.
Lejos de los horarios convencionales, los Ottini comienzan su jornada cuando la ciudad duerme. Mientras todos descansan, se enciende el horno. Porque detrás de cada pan caliente que llega a la mesa, hay historias como esta: de esfuerzo, familia y tradición. Y ese, quizá, sea el ingrediente más importante.
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