El dolor es un síntoma, no un castigo. Y aunque lo primero que hacemos muchas veces es correr a la farmacia, no todo dolor se trata igual ni con la misma medicación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) propone una “escalera analgésica” que orienta cómo tratarlo de forma progresiva y racional, según su intensidad.
La escalera del dolor: paso a paso
Dolor leve: paracetamol, ibuprofeno o diclofenac suelen ser suficientes.
Dolor moderado: se combinan los anteriores con analgésicos más fuertes como tramadol.
Dolor severo: entran en juego opioides potentes como morfina, fentanilo o oxicodona.
Contraindicaciones
Antiinflamatorios (ibuprofeno, diclofenac, naproxeno): aumentan el riesgo de problemas cardiovasculares, hemorragias digestivas y daño renal, especialmente si se usan por períodos largos o en personas con factores de riesgo.
Paracetamol: seguro en dosis bajas, pero tóxico para el hígado si se pasa el límite diario.
Opioides: generan tolerancia, dependencia, estreñimiento severo y, en casos graves, depresión respiratoria.
Cuándo consultar al médico
Si el dolor dura más de 3 días sin mejora
Si es intenso y no responde a los analgésicos habituales
Si hay fiebre persistente, pérdida de peso o sangrados
Si necesitás tomar analgésicos todos los días para poder “funcionar”
El dolor no se tapa, se investiga. Y el analgésico correcto no siempre es el más fuerte, sino el que se usa con conocimiento y cuidado. Ante la duda, la consulta médica siempre es el mejor remedio.
A continuación la nota completa: