El cáncer de colon es una de esas enfermedades silenciosas que avanza a paso firme mientras disimulamos los síntomas con pastillas o los ignoramos como si fueran eventos sueltos sin conexión. Sin embargo, entender cómo se origina, cómo prevenirlo y qué señales no debemos pasar por alto puede marcar una gran diferencia.
¿Qué es el cáncer de colon?
Es un tipo de cáncer que comienza en el intestino grueso (colon), que forma parte del sistema digestivo. Generalmente, se desarrolla a partir de pólipos: pequeñas formaciones en la mucosa del colon que, si no se detectan a tiempo, pueden volverse cancerosas. No todos los pólipos son malignos, pero algunos tienen el potencial de transformarse con el tiempo.
Primeros síntomas: susurros del cuerpo
Los síntomas tempranos pueden ser tan sutiles que muchas veces no se les da importancia:
Cambios en el ritmo intestinal (diarrea o constipación sin causa aparente)
Presencia de sangre en la materia fecal (a veces no visible a simple vista)
Sensación de evacuación incompleta
Dolores o molestias abdominales persistentes
Fatiga inexplicable
Pérdida de peso involuntaria
Estos síntomas no deberían ser tapados con medicamentos sin antes buscar una causa real. Una pastilla no cura lo que no se entiende.
Frecuencia y mortalidad
A nivel mundial, el cáncer colorrectal está entre los más frecuentes tanto en hombres como en mujeres. Su tasa de mortalidad es alta cuando se detecta tarde, pero si se identifica en estadios tempranos, la tasa de supervivencia puede superar el 90%. El problema está en que solemos llegar tarde, por subestimar lo que el cuerpo intenta decirnos.
La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos que viven en nuestro sistema digestivo. Lejos de ser meros habitantes pasivos, estas bacterias cumplen funciones fundamentales:
Ayudan a digerir los alimentos
Regulan el sistema inmunológico
Producen vitaminas esenciales
Protegen contra agentes patógenos
Cuando esta microbiota se desequilibra (lo que se llama disbiosis), aumentan las posibilidades de inflamación crónica, permeabilidad intestinal y hasta mutaciones celulares. Todo esto es terreno fértil para enfermedades como el cáncer.
¿Cómo se destruye la microbiota?
Antibióticos mal administrados
Dieta alta en ultraprocesados y azúcares
Estrés sostenido
Falta de fibra en la alimentación
Alcohol en exceso
Sedentarismo
¿Y cómo la cuidamos?
Consumir alimentos ricos en fibra (frutas, verduras, legumbres, cereales integrales)
Incorporar prebióticos (ajo, cebolla, puerro, banana verde)
Incluir probióticos naturales (yogures sin azúcar, kéfir, chucrut, kombucha)
Hacer actividad física regularmente
Dormir bien
Evitar el uso innecesario de medicamentos
No deberíamos tratar síntomas como cosas aisladas. El dolor abdominal recurrente, el cansancio persistente o los cambios digestivos son señales. Taparlas con antiácidos, analgésicos o antiespasmódicos es como ponerle cinta a una luz de advertencia del auto: no la ves, pero el problema sigue ahí.
A continuación la nota completa: