Los medicamentos de venta libre están al alcance de todos, y son promovidos por la publicidad en medios de comunicación, que habla de sus efectos y hasta de sus dosis. Pero, aunque no requieren receta médica, su uso no está exento de riesgos. El farmacéutico Ariel Asís remarca la importancia de tomarlos con responsabilidad y, sobre todo, con asesoramiento profesional.
Los medicamentos de venta libre son aquellos que pueden adquirirse sin prescripción del profesional. Generalmente se usan para tratar síntomas leves y comunes, como dolores de cabeza, fiebre, acidez, alergias o resfríos. Entre los más conocidos están el paracetamol, el ibuprofeno, los antiácidos y los descongestivos nasales.
El problema aparece cuando se los toma como solución rápida para todo, sin conocer sus efectos, posibles contraindicaciones o interacciones con otros medicamentos.
Uno de los factores que más influye en su consumo es la publicidad. Las estrategias de marketing muchas veces instalan la idea de que hay una pastilla para cada malestar, generando una necesidad que no siempre es real. Esto puede llevar a la automedicación crónica o a tapar síntomas que en realidad requieren diagnóstico médico.
El farmacéutico recuerda que incluso estos medicamentos pueden generar efectos adversos si se toman en exceso, en combinación con otros fármacos, o en personas con ciertas condiciones preexistentes.
El consejo es claro: ante cualquier duda, siempre consultar con un médico o farmacéutico. La salud no se improvisa.
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